James Nachtwey

James Nachtwey
Qué hizo a James Nachtwey apartarse de la crema de la civilización norteamericana. Este bostoniano, licenciado en Historia del Arte y Ciencias Políticas se apartó de la tortura de enfrentarse a una vida normal para hacerse fotógrafo de otros conflictos por fuera de sí y llevarlos a las conciencias de los lectores de prensa de la sociedad del bienestar.

Durante la guerra de Vietnam se da cuenta de la enorme escisión que había entre las imágenes del conflicto, al ras del suelo, y lo que los políticos y militares contaban que ocurría allí. Era una guerra y dos historias distintas. No se trata tanto de a quién creer, sino de denunciar la incoherencia, la deshonestidad, la falta de ética y el cinismo, sin poner palabras, con imágenes.

A partir de entonces decide hacerse fotógrafo de guerra, era fundamental formarse bien técnicamente, pero aún era más importante aprender a desarrollar una visión personal y ponerse en contacto con los propios sentimientos a través de la disciplina del objetivo.


En 1980 decide que llega el momento de ocupar el lugar y convencer al mundo con sus propias fotos. Nachtwey es testigo de la historia desde el lugar donde ocurren las cosas y es plenamente consciente que la forma en la cuentas una noticia es la forma en cómo la ve el mundo, ojo con eso.

Ha cubierto infinidad de conflictos en todo el planeta (Irlanda del Norte, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Líbano, Gaza, Israel, Indonesia, Ruanda, Bosnia, Chechenia, Kosovo… y tres tristes etcéteras) y ha estado involucrado en Stern Magazine, Magnum, VII Photo Agency y trabaja para la revista Time.

Natchwey es un fotógrafo plenamente consciente de su propio tempo, pausado, capaz de estar tranquilo en el mismo infierno, cuidador del detalle, ritualista. Su propio carácter evoca sosiego, no derrocha ni medio gesto, se mueve con cierta lentitud y elegancia, hay algo en él que transmite un enorme entendimiento innato de los acontecimientos y en medio del horror, el otro lo puede captar porque los seres humanos somos capaces de entender miles de idiomas por fuera de las palabras. Palabras que Nachtwey esquiva con su elegancia natural.

La compasión y respeto al otro supraordina su orden de valores, esa es su tarjeta de visita y la forma de testar muy adentro suyo si lo que realmente lo mueve es la necesidad de contribuir por medio de la fotografía a evocar un sentido de la humanidad. Humanidad que se niega en cualquier conflicto, y que él invoca foto a foto.

James Nachtwey







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